Fue el mismo Cristóbal Colón quien descubrió esta isla en 1493, el día de San Martín - de ahí el nombre. Para los turistas es un paraíso.
Mar y Costa
Esta pequeña isla tropical del Caribe, que se encuentra a una distancia de aproximadamente 300 kilómetros de Puerto Rico, es una de las islas más bellas de la región y la isla más pequeña del mundo, que comparten entre sí dos países. Los franceses la llaman Saint-Martin, en holandés se llama Sint Maarten. Independientemente de que nombre elegimos para nombrarla, esta isla es sin duda hermosa, y además tiene algo del encanto de los países europeos. Es algo como un centro de alquiler de barcos en Europa, pero situado en un ambiente tropical.
El nombre deriva de la fecha en que se descubrió la isla, es decir, 11 de noviembre 1493 – día de San Martín. La isla se divide en dos partes, no sólo en términos administrativos, sino también geográficamente, y estas son Grand Terre y Terres Basses (tierras bajas), separadas por una salina. En la costa hay una cantidad de playas de una perfecta arena blanca frente a los numerosos pueblos, que están dispuestos a lo largo de la costa en pequeñas bahías dando bienvenida a los turistas que alquilan yates.
La vegetación aquí está relacionada con el clima, y por la costa este de la isla está influenciada por los vientos alisios cálidos, por eso las plantas que crecen aquí son plantas típicas de las tierras áridas, las montañas están cubiertas de raros bosques. Pero desde el punto donde los vientos retoman su camino hacia el otro lado de las montañas, gracias a la condensación de la humedad en el aire pueden crecer densos bosques tropicales, que llegan hasta la costa, sobre las que crecen palmeras, dejando su sombra en las playas solitarias, donde se reúnen grupos de los marineros con sus yates chárter.
Ya que San Martín es parte de las Antillas Menores, el clima aquí es tropical con mucho sol durante todo el año. No hay temporada de lluvias, lo que ocurre en otras islas tropicales, pero sí hay una temporada de huracanes, que cae más o menos en el período de julio a noviembre, y la mayor probabilidad de su ocurrencia es en el mes de septiembre. Por lo tanto, el mejor plan de sus vacaciones es en otras épocas del año.
Historia y cultura
A pesar de que San Martín sea el territorio de dos países, no se preocupe por los cruces fronterizos vigilados: aquí no hay muros ni alambre de púas. El límite entre los dos estados es casi invisible, y los residentes y turistas circulan libremente de una parte de la isla a la otra. Esto no significa, sin embargo, que entre la parte francesa y holandesa no haya diferencias, es más bien lo contrario.
Tras el descubrimiento de la isla por Cristóbal Colón por el dominio sobre ellas lucharon los franceses, ingleses, holandeses, daneses y españoles. Entre la gente del lugar circula una leyenda que cuenta como se estableció la frontera entre los dos estados de la isla. Según la leyenda, eso sucedió en forma pacífica: dos personas fueron mandadas a pie de dos extremos opuestos de la isla, y en el punto donde se encontraron, se estableció la línea de la frontera.
La parte holandesa de la isla y su ciudad más grande Philipsburg es famosa por su vida nocturna, playas, casinos y licores a base de ron, en cambio la parte francesa, donde la ciudad más importante es Marigot, es conocida por sus numerosas tiendas, comercios, elegantes cafés y terrazas, así como su cocina, y las playas nudistas parecidas a las de la Costa Azul. Los turistas que llegan a la isla pueden disfrutar del ambiente relajado de la parte holandesa como también de los sofisticados lugares bajo la influencia francesa.
Experiencia de navegación
Como en la mayoría de las islas de las Antillas Menores, aquí también prevalen los vientos alisios que soplan desde el este. La velocidad del viento durante el período de noviembre a abril es casi siempre alrededor de 15 nudos. En el verano los navegantes en barcos pueden notar una corriente más fuerte, que surge como resultado del efecto térmico.